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En el ámbito de la ciberseguridad se habla mucho de amenazas externas, como malwares, phishing, ataques DDoS, etc., estos suelen intentar romper los mecanismos de defensa corporativos y causar daños a las empresas. Sin embargo, las amenazas internas (aquellas que provienen del interior de la propia organización) pueden ser igualmente devastadoras.
En este artículo, exploraremos qué son las amenazas internas, cuáles son los tipos principales y cómo identificarlas, así como consejos para mitigarlas. Continúe leyendo.
¿Qué son las amenazas internas?
Las amenazas internas están representadas por cualquier riesgo a la seguridad de una organización, que se origina en su interior, abarcando un amplio espectro de acciones maliciosas o negligentes cometidas por personas que tienen acceso legítimo a los sistemas y datos de la empresa.
Estas amenazas pueden estar asociadas con empleados actuales, ex empleados, socios comerciales e incluso terceros con acceso privilegiado. Las amenazas internas son particularmente peligrosas porque los perpetradores tienen conocimiento previo de las operaciones internas, las políticas de seguridad y las vulnerabilidades de la organización, lo que dificulta su detección y mitigación.
Las amenazas internas se pueden dividir en dos categorías principales:
1. Amenazas intencionales: Estas amenazas son el resultado de acciones premeditadas por parte de individuos con el objetivo de causar daño a la organización. Tales como: robo de datos, sabotaje, espionaje corporativo y fraude.
2. Amenazas accidentales: Estas amenazas son causadas por errores o negligencia de personas que tienen acceso a los sistemas y datos de la organización. Tales como: errores humanos, negligencia, fallas de configuración y mal uso de recursos.
Características de las amenazas internas
Las amenazas internas tienen características distintas que las hacen especialmente peligrosas para cualquier organización. Uno de los principales es el acceso privilegiado a los sistemas y datos de la empresa. Debido a que son personas autorizadas, como empleados actuales o socios comerciales, pueden navegar libremente en las redes corporativas sin levantar sospechas inmediatas. Este acceso legítimo a los recursos de la organización proporciona una posición ventajosa para la realización de actividades maliciosas o negligentes, ya que sus acciones pueden considerarse normales dentro del contexto operativo.
Además, en el caso de agentes internos, puede haber un conocimiento profundo de las operaciones y vulnerabilidades de la empresa. Esta comprensión detallada de las políticas, los procedimientos y la infraestructura tecnológica de seguridad les permite identificar y explotar fallas de manera efectiva.
La familiaridad con los procesos internos hace que sea más fácil ocultar actividades sospechosas y manipular sistemas sin activar alertas de seguridad abiertas. Esta intimidad con el entorno corporativo brinda a los empleados internos una capacidad única para planificar y ejecutar ataques que pueden causar daños importantes.
Estas características combinadas (acceso privilegiado, conocimiento interno y dificultad de detección) crean un escenario donde las amenazas internas pueden operar con alta eficiencia y bajo riesgo de ser descubiertas rápidamente.
Identificación de amenazas internas
Identificar este tipo de amenaza puede resultar un desafío, ya que los responsables suelen tener acceso legítimo a los sistemas y datos de la organización. Sin embargo, existen señales y comportamientos que pueden indicar una posible amenaza interna:
Acceso inusual: Empleados que acceden a datos o sistemas que no son necesarios para sus funciones;
Actividades en horarios inusuales: Inicios de sesión fuera del horario de oficina o acceso en horarios inesperados;
Transferencias de datos: Movimiento anormal de grandes volúmenes de datos, especialmente a dispositivos externos o nubes personales;
Comportamiento descontento: Empleados que expresan insatisfacción con la empresa, compañeros o superiores;
Errores repetidos: Empleados que cometen repetidamente errores que podrían evitarse con una formación adecuada;
Solicitudes de acceso adicionales: Solicitudes frecuentes e injustificadas de acceso a información o sistemas adicionales.
Mitigación
Mitigar las amenazas internas requiere un enfoque integral que combine políticas de seguridad sólidas, tecnologías avanzadas y una cultura organizacional centrada en la ciberseguridad. Este enfoque múltiple es esencial para abordar las diversas facetas de este tipo de amenaza, garantizando que se cubran todos los ángulos de ataque posibles.
En primer lugar, la implementación de políticas y procedimientos de seguridad es fundamental. Adoptar el principio de privilegio mínimo es una práctica muy importante, ya que garantiza que los empleados solo tengan el acceso necesario para realizar sus funciones.
Esto limita la exposición a datos y sistemas confidenciales. Es igualmente importante realizar revisiones periódicas de los permisos de acceso para identificar y corregir cualquier exceso. Debe existir una política de despido estricta para revocar inmediatamente el acceso de los ex empleados, evitando cualquier posibilidad de abuso de privilegios.
El monitoreo continuo es otra capa esencial en la mitigación de amenazas internas. Las herramientas de monitoreo de la actividad del usuario son esenciales para detectar comportamientos sospechosos en tiempo real, permitiendo una respuesta rápida ante posibles amenazas. Además, son necesarias auditorías periódicas de los registros de uso y acceso a los datos para identificar patrones anómalos que podrían indicar actividad maliciosa. La implementación de soluciones de análisis del comportamiento también es importante, ya que estas herramientas pueden detectar cambios sutiles en el comportamiento del usuario que de otro modo pasarían desapercibidos, ofreciendo una capa adicional de seguridad.
La capacitación y la concientización de los empleados son componentes esenciales para crear una cultura de seguridad. Se deben llevar a cabo programas periódicos de capacitación en ciberseguridad, enfatizando la importancia de las prácticas seguras en el lugar de trabajo. Los empleados vigilantes ayudan a identificar más rápidamente acciones maliciosas de otros empleados o de terceros que pretenden causar daños a la estructura de la empresa.
Las pruebas y simulaciones, como los ejercicios de phishing, ayudan a educar a los empleados sobre los peligros de las técnicas de ingeniería social, haciéndolos más vigilantes contra este tipo de ataques. Promover una cultura de seguridad en la que todos se sientan responsables de proteger los datos y recursos de la empresa es fundamental para defenderse de las amenazas internas.
Las tecnologías de protección también desempeñan un papel clave. Las soluciones de prevención de pérdida de datos (DLP) son esenciales para monitorear y proteger la información confidencial contra fugas. El uso de software de protección de endpoints ayuda a detectar y bloquear actividades sospechosas en los dispositivos de los usuarios, proporcionando una capa adicional de defensa. Además, los sistemas de gestión de identidad y acceso (IAM) garantizan que las identidades digitales se gestionen de forma segura y que el acceso es adecuado y está debidamente controlado.
Finalmente, la respuesta a incidentes es un área crítica para mitigar las amenazas internas. Tener un plan claro y bien definido para responder rápidamente a las amenazas internas es fundamental para minimizar los daños al negocio. En este punto es importante resaltar las particularidades asociadas a los incidentes motivados por empleados, ya sean intencionados o accidentales. Se debe adaptar todo el contexto de tratamiento y comunicación de este tipo de incidentes, para que las intervenciones sean asertivas y ágiles.
Cabe destacar la necesidad de contar con cláusulas contractuales claras en la contratación de la plantilla, de modo que, desde el primer contacto con la organización, el empleado sea consciente de las consecuencias asociadas a incidentes de este tipo.
Una mitigación eficaz requiere un enfoque integrado que combine políticas, seguimiento, capacitación, tecnologías y una respuesta rápida y coordinada.
Importancia de gestionar las amenazas internas
La gestión eficaz de las amenazas internas es importante para la ciberseguridad de cualquier organización. Estas amenazas no sólo pueden provocar pérdidas financieras y daños a la reputación, sino también sanciones legales si los datos personales se ven comprometidos.
Comprender la naturaleza y la gravedad de las amenazas internas es el primer paso para desarrollar un enfoque proactivo para proteger los activos de la organización.
Protegerse contra amenazas internas no es una tarea sencilla, pero con las medidas adecuadas es posible crear un entorno seguro y resiliente contra estas amenazas.
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