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Imagínese conducir un carro que no tenga llanta (caucho) de repuesto. Claro que es posible recorrer kilómetros sin necesitarlo, sin embargo, si alguno de las llantas se revienta, el conductor tendrá un problema más complejo y difícil de manejar por no tener repuesto.
Esta situación hará que el viaje sea interrumpido, que la seguridad de quienes viajan en el carro se vea comprometida, el trayecto durará más tiempo, etc., y usted queda a la merced de la disponibilidad de quién le preste un servicio de ayuda, que puede que esté lejos.
Este ejemplo ayuda a entender el tamaño de la dependencia que millones de empresas tienen al internet. Si se cae la conexión, probablemente el 90% de las solicitudes quedarán paralizadas, algo que da problemas con los plazos de entrega y metas, y llevará a pérdida de productividad.
Cada segundo de downtime – tiempo de inactividad – genera pérdidas enormes. Esto no es algo nuevo: hace 6 años, Amazon tuvo una parada en sus sistemas que duró media hora, lo que fue suficiente para que el gigante del comercio electrónico, perdiera más de $60.000 dólares por minuto.
En el caso de pequeñas y medianas empresas, los impactos también pueden ser gigantescos. Debido a que, las pausas repentinas llevan a la pérdida de productividad, a trabajadores parados por horas y clientes y proveedores insatisfechos.
En esos momentos, echarle la culpa al proveedor de internet, no es una opción viable. ¿Por qué? Pues eso daría una impresión de falta de profesionalismo y cuidado, hacia su propia estructura. O sea, los pequeños negocios tienen más que perder con las caídas de internet, ya que muchas veces, tienen recursos reducidos para recuperar la conexión de manera rápida y constante.
Dependiendo de su ramo de actividades, el cliente podrá rápidamente dejar el establecimiento, y buscar otra opción en la competencia.
Por un Internet libre de caídas
Felizmente, hay una solución capaz de evitar esos problemas: es el balanceo de cargas. Se trata de una instalación de una segunda conexión de internet, contando con la ayuda de un sistema inteligente que administre y optimice los dos recursos.
La existencia de una conexión alternativa garantiza que, en caso de que la conexión principal deje de funcionar, continuará habiendo servicio, sin que los usuarios siquiera lo perciban.
Haciendo la comparación con el ejemplo de la llanta reventada, sería como si la llanta reventada se cambiara sin que el carro se pare ni un segundo y sin que los pasajeros noten lo que pasó.
Con esto en mente, recordamos que en este contexto entran en escena dos recursos. Uno de ellos es el Failover, que verifica la integridad de la conexión principal y si nota que su calidad está baja, transfiere toda la comunicación para la segunda conexión. Así, ninguna tarea o trabajador es afectado por la inestabilidad de la conexión principal.
También está el Load Balance, balanceo de cargas, método que usa los dos links de internet, garantizando un mejor desempeño para las conexiones de sus usuarios. De esta manera, además de evitar que algún link se quede inactivo, los trabajadores, tendrán la sensación de que el internet se puso más rápido, ya que habrá menos disputa por la misma banda.
¿Qué debo tomar en cuenta?
Así como cualquier otro recurso estratégico, la adopción de links redundantes, exige análisis. Inicialmente, es necesario realizar un mapeo detallado de las demandas más relevantes, determinando cuales son las aplicaciones más importantes para la empresa. Eso debe incluir las necesidades específicas de cada sector y los posibles ajustes que puedan realizarse a través de una reorganización en la infraestructura de TI.
Igualmente, se deben comparar a los proveedores y sus operadoras, chequeando la estructura de sus servicios de soporte, la administración de las redes y los SLAs – por sus siglas en inglés Service Level Agreement, que en español es, “Acuerdo de nivel de servicio”, este consiste en un contrato entre la institución que ofrece sus servicios y el cliente que desea beneficiarse de los mismos. Adicionalmente, asegúrese de que los enlaces contratados estén en diferentes troncos de internet, permitiendo una redundancia de redes efectiva.
Otro punto a considerar, es que dispongan de recursos de monitoreo de tráfico – esto es fundamental para estar enterados de las variaciones de carga entre los enlaces.
Claro, todavía está la cuestión de seguridad digital, pues la redundancia de redes no puede traer consigo vulnerabilidades que coloquen en riesgo la protección y el resultado del negocio. Contáctenos y sepa como evitar ese problema. Recuerde, estamos para ayudar a las empresas a identificar las lagunas que pongan en riesgo sus resultados y sugerimos soluciones personalizadas de seguridad digital para suplir sus necesidades.
Beneficios que van más allá de lo obvio
La redundancia de redes no solo da más comodidad por brindar internet altamente disponible; el objetivo mayor es entender que se trata de una herramienta estratégica.
Hay quienes han calculado que el costo de conquistar un cliente nuevo es cinco veces mayor que mantener los ya existentes. Períodos de tiempo eventuales, sin internet generan insatisfacción, lo que puede llevar a pérdidas de contratos, comprometiendo hasta la imagen de la empresa. Entonces, surge la pregunta: con un internet que se la pasa cayéndose, ¿cuántos negocios se pierden por dejar escapar oportunidades?
Aumentar la eficiencia de los recursos de TI puede ayudar a la estabilidad de la empresa. El motivo es que un mercado con crecimiento lento pide el uso de estrategias de reestructuración, como automatización de procesos y el uso de herramientas inteligentes. Sea cual sea el caso, es necesario que la empresa tenga accesos razonablemente confiables a internet.
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